domingo, 21 de noviembre de 2010

NO ME GUSTA LA POLITICA, PERO HAY QUE CONOCERLA, ES NECESARIA.

Uno de los grandes males que arrastramos como sociedad mexicana en general es que adolecemos de poca o casi nula conciencia política, a la cual, para variar, la tenemos satanizada por una cosa o por otra: por desencanto, por desinformación, porque implica darse cuenta de la real situación del país, porque implica meterse de lleno, esforzarse, informarse y trabajarle, porque incluso no falta a quien no le guste que lo identifiquen con algún tipo de ideología político-social y, por supuesto: para no tener problemas y dolores de cabeza, pero finalmente… ¿a quién le gustan? : yo creo que a nadie. Pero la política es necesaria. Nos guste o no, forma parte de nuestra vida cotidiana, así que lo mejor es tomarlo con filosofía porque o nos politizamos para poder exigir nuestros derechos y exigir cuentas a quienes nos representan con todas las bases y argumentos o nos siguen viendo la cara y nos lleva la tiznada.
(Fragmento de un correo que me llegó).

Pero que se aplica con toda exactitud a la vida cotidiana de los maestros, no queremos meternos en problemas, solo buscamos a nuestros representantes sindicales cuando tenemos una necesidad específica o cuando ya es demasiado tarde y tenemos el golpe encima; estamos cansados de todas las veces que se nos ha engañado (y se nos seguirá engañando si seguimos igual), de toda la suciedad que se maneja en las altas esferas sindicales y decimos que no somos como ellos, (pero siguen viviendo mejor que nosotros las bases y a nuestras costillas), que no se nos identifique con los "revoltosos" porque nos pueden etiquetar, (nosotros ya los etiquetamos a ellos como deshonestos y a poco creen que le importa).

Pero la política es necesaria, nos guste o no; si queremos conservar lo que tenemos y exigir a quienes nos representan cuentas claras y actitudes pulcras, si queremos dejarle un mundo mejor a nuestros hijos, es necesario dejarle un mundo mejor a los hijos de todos los demás. Por eso no te escudes en la frase: NO ME GUSTA LA POLITICA, les haces un favor y tú no engañas a nadie, mucho menos a ti mismo.

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